Adrián Figueroa se levantó a las 7.30 y después de tomar la leche se instaló con un trapo en la mano en una de las esquinas de la escuela Mary O. Graham, del barrio Edilco. Tiene 8 años y quiso trabajar de trapito para cumplir el sueño de comprarse una camiseta de Boca, el club de sus amores. Dijo que tiene 6 hermanos y que a ninguno le falta comida ni zapatillas para ir a la escuela, pero que no tienen plata para darse algunos lujos.
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